Al haber aprobado todas las asignaturas, mis vacaciones comenzaron ya el 2 de junio, tras mi último examen de Métodos Matemáticos III. Una semana más tarde, me fui con mi familia de crucero por el Mediterráneo durante 7 días. Desde entonces y hasta hace dos semana, estuve vagueando y dormitando por todo mi casa.
Tras engordar un poco, perder casi todo el moreno que había conseguido en el viaje y sentirme muy débil por la falta de luz solar e inactividad, decidí volver a la sociedad y aprovechar todo el tiempo libre que tenía para llevar a cabo todas las cosas que me había propuesto o que siempre había querido hacer pero por falta de tiempo o de ganas, nunca había logrado.
Por ello, he hecho una lista que pienso, y espero, cumplir este verano. Incluye desde cosas domésticas, como aprender algunas recetas, hasta cosas más prácticas, como no olvidar el alemán del instituto, pasando por cosas realmente inútiles, como aprender a silbar. La mayoría tienen su origen en como creía que sería mi yo futuro al estar en la universidad y ahora, cuando finalmente ha llegado ese momento de mi vida, me doy cuenta de que no soy para nada así, por lo que tengo por delante un mes y medio para por lo menos intentar acercarme más.
Hasta ahora me he sentido muy motivada y aunque no he cumplido aún muchos de los propósitos, cada día me obligo a hacer alguna actividad de provecho, aunque no se encuentre en la lista, ya sea ir hasta la playa con el perro o simplemente ordenar el armario.
Espero continuar así todo el verano y conseguir cumplirlos todos, ya que son cosas realmente útiles en el día a día, ya que, quién puede vivir sin silbar!
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